sábado, 27 de octubre de 2012

Shigeru Miyamoto, el homenaje a todo un artista

Shigeru Miyamoto es el flamante Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2012. Un título más que merecido, que se ha llevado tras varios años de nominaciones, para uno de los pioneros en el arte de hacer videojuegos, aunque haya algunos que no piensen así.






No hay duda de que Shigeru Miyamoto es el gran gurú de la industria. Seas nintendero, antinintendero, sonyer, o PCero, debes reconocer que este hombre es el gran referente del mundo de los videojuegos, especialmente a nivel social y fuera del aficionado que conoce un poco la historia del mundillo. Y lo lógico sería pensar ¿Pero quién no conoce a Shigeru Miyamoto? Pues aunque parezca increíble, la gran mayor parte de la población no. Resulta incomprensible, si lo equiparamos a otros ámbitos, sería como no conocer a Shakespeare o a Cervantes en literatura, Raffaello o Picasso en pintura, o no saber quién es Alfred Hitchcock o Clint Eastwood en cine. De momento, a los gamers no nos queda más remedio que asumir el papel de "outsiders" y raros, aunque ya camino de 2013 sea una concepción más que anacrónica e infundada.

Pero este nombramiento hace pensar que, muy poco a poco, la sociedad puede comenzar a ver el videojuego como un arte; una forma de transmitir sensaciones, experiencias, conocimientos; un método de aprendizaje al nivel del cine o la literatura, con aún más posibilidades por ser un medio interactivo. Y es verdad, no nos engañemos, el premio Príncipe de Asturias no es un gran reconocimiento más allá de nuestras fronteras, pero por lo menos sirve para que la gente se tome el tema de los videojuegos un poco más en serio y ponga voz y cara a un personaje que algún día (quizás más pronto de lo que pensamos) aparecerá en los libros de historia, aunque sea en un pequeño margen.

Tras el anuncio oficial del ganador hace unos meses, no faltaron comentarios de incultos (principalmente en medios de la prensa generalista) criticando este nombramiento, tildándolo de intrascendente por trabajar en algo que ellos creen que tiene poca importancia. Intervenciones basadas en prejuicios, de alguien que jamás ha acabado en su vida un videojuego, y que considera el panorama como un todo homogéneo, sin tener en cuenta la variedad de géneros que conforman hoy en día el mundillo. Afirmaciones que bien podrían haberse firmado hace 30 años, pero que son intolerables a día de hoy, cuando han pasado ya décadas, como que los juegos son productos para niños y adolescentes pasados de peso, antisociales y violentos. ¿Lamentable verdad?, sobre todo si nos paramos a ver unos cuantos ejemplos de juegos actuales, que echarían por tierra automáticamente y dejarían en rídiculo al autor de esas líneas; desde portal hasta The Witcher 2, pasando por Mass Effect o Skyrim. No me pienso parar a escribir el porqué, ya que quien los haya jugado sabrá que necesitaría varias páginas de artículo, y ese no es el tema que nos trae aquí. El problema se ha escrito sólo, hablar desde la ignorancia, algo que por desgracia parece inherente al género humano y se da en infinidad de casos.
Lo que sí es discutible desde mi punto de vista es el título en sí. Porque al menos yo no veo que esté muy definida la coletilla de "Comunicación y Humanidades". Da la impresión de ser un premio general sin ningún rango definido de candidatos. Echando un vistazo al historial de ganadores se confirman estas sospechas, puesto que entre los condecorados aparecen sociólogos, escritores, filósofos, periodistas, historiadores e incluso políticos. De todas formas, este "caos" no es ajeno premios, y quien sepa algo, por ejemplo, del apartado de deportes, sabe a lo que me refiero; la disparidad de criterios.

Pero ojo, porque si no nos dejamos llevar por la emoción, descubriremos que no es oro todo lo que reluce. Si atendemos a las razones del jurado que ellos mismos expusieron, encontraremos cosas que a mí, personalmente, me escaman. Cito textualmente: "Se caracteriza por excluir de sus creaciones la violencia" o "crear sueños virtuales para que millones de personas de todas las edades interactúen". Lo que, una vez más, denota la enfermiza obsesión por la ausencia de la violencia (como si los juegos fueran sólo dedicados a niños), o la concepción del videojuego como método de entretenimiento dirigido a gente introvertida y antisocial, como se lee en la segunda frase; lo que lleva a pensar que las únicas razones de los miembros del jurado para galardonar a Miyamoto son el hecho de que diseña juegos sin sangre y para toda la familia. Queda claro que los prejuicios siguen ahí, y aún nos queda mucho por hacer para desarraigar esa idea del videojuego como un producto infantil.

Dejando atrás la polémica, y como dije al principio, si hay alguien que merece este galardón, ese es Shigeru Miyamoto. Resumiendo, podríamos considerarlo como uno de los padres del videojuego moderno (tal y como cita el acta del jurado) tras la creación de las franquicias de Mario y, especialmente, Zelda. Un juego totalmente rompedor en su época, que podemos considerar casi el padre espiritual de muchos de los géneros que poblan los videojuegos en la actualidad; rol, aventuras, puzzles... Y qué decir del fontanero, el personaje que más ha trascendido fuera de las pantallas, convirtiéndose en un símbolo e icono a escala mundial del entretenimiento digital. Es el reconocimiento a la labor de muchos años que llevó a una pequeña empresa que se adentraba peligrosamente en un terreno inexplorado, a transformarse rápidamente en una de las marcas más valiosas del planeta. Es el agradecimiento a un visionario dedicado a la innovación y la búsqueda de nuevas experiencias durante décadas. Una muestra de gratitud a la obra de todo un artista que un día tomó la determinación de plasmar sus ideas en un lienzo áspero e incómodo. Y el resultado, no pudo ser mejor. Es la historia de un precursor, adelantado a su época y a su mundo. Uno de tantos que, según vayan transcurriendo los años, se hará más eterno y legendario. Así lo veo yo, un joven inexperto y aficionado, y expresarlo y que otros lo lean es el mejor homenaje que yo pudo rendirle.

Gracias Shigeru.

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