jueves, 14 de febrero de 2013

La crisis del jugón

Seguro que alguna vez te has hallado en un momento de tu vida en el que no encuentras satisfacción, nada te entusiasma. Seguro que lo has sufrido en ámbitos como el amor, la amistad, el cine, la literatura... Y si eres un aficionado al videojuego, también habrás pasado una mala racha.





Si compartes las sensaciones del párrafo anterior, sufres del síndrome del jugador perdido. Y este artículo viene a relación con mi situación actual, que se asemeja a esta "enfermedad". Dentro de este trastorno, podemos encontrar dos tipos según las causas que lo producen: pérdida de interés por los videojuegos o ausencia de títulos que te llenen. El primer caso es complicado de solucionar. Normalmente suele acabar con una temporada alejada del mundillo, hasta que de repente un día vuelves a encontrar la ilusión. Muchas veces es un juego salvador, un mesías que viene a rescatarte para traerte de vuelta al mundo que nunca debiste dejar. Yo, por suerte, estoy más cerca de la segunda variante.
Los síntomas son claros: te sientas ante tu gran lista de títulos pendientes, estás varios minutos para elegir uno y lo dejas a los pocos minutos de empezar a jugar porque no te diviertes. Intentas buscar la solución en otro, y al final acabas con una decena de títulos a medias.

En mi caso, las causas se deben (creo) a una saturación de FPS. Desde Crysis hasta Half-Life, pasando por Bioshock. Especialmente pesado me está resultando Crysis 2, con el cual siento la obligación de acabarlo pronto para estar preparado ante el lanzamiento de la tercera parte. Aún así, lo más normal es que lo deje con la primera muerte. Entonces, me pongo a mirar la lista y solo encuentro shooters y más shooters. Para cambiar, intenté retomar Skyrim, pero al ver que tenía que salir de una cueva y configurar todo mi equipo decidí abandonarlo.

Con frecuencia estas situaciones surgen tras terminar un gran juego, uno de esos que te deja marcado para siempre. Te das cuenta de que va a ser imposible encontrar algo igual, y que vas a tardar mucho en dar de nuevo con ese juego mágico. En mi caso, tengo claro quién es el culpable de todo esto: Mass Effect. Desde que me acabé la trilogía del tirón empezando en febrero y terminando a finales de mayo, no he vuelto a encontrar nada similar. Ya lo he dicho muchas veces, Mass Effect es una experiencia única, algo inolvidable, y mientras lo jugaba yo ya sabía que se me avecinaba una larga travesía por el desierto después de él.

El antídoto debe venir en forma de juego. Necesito uno de esos títulos que te dejen extasiado, ya sea por su historia o su jugabilidad. Algo innovador, nunca visto, aunque tengo miedo de recaer, y que la cosa se convierta en una espiral continua. No sé, quizás lo más prudente sea esperar.

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