domingo, 9 de septiembre de 2012

Análisis The Legend of Zelda: Skyward Sword


Cuenta la leyenda que cada vez que aparece Zelda, el mundo se para; y este no es uno más, sino que pretende ser el primero, el origen de todo, para marcar un antes y un después dentro de una de las franquicias más importantes de la historia. ¿Lo conseguirá?





The Legend of Zelda es una de las sagas por excelencia dentro del mundo del videojuego. Para mi, además, es sin duda la más especial. Gracias a ellos he pasado muchos de mis mejores ratos a los mandos de una consola: Majora´s Mask, Ocarina of Time, Wind Waker, The Minish Cap, Twilight Princess, Phantom Hourglass...
Por eso es especialmente importante para mi el sentarme a escribir sobre un nuevo episodio de la leyenda de Zelda.

Skyward Sword es ya un juego polémico en su salida por llevarse notas muy altas o incluso perfectas de buena parte de la prensa especializada. Muchos argumentan que es debido a ser una franquicia Nintendo, acostumbradas a recibir buen trato de los medios, y no es merecedora de tales alabanzas. Opiniones hay de todos los gustos: desde afirmar que es uno de los mejores juegos de la generación, hasta negar que pueda estar siquiera entre los más destacados del año. A continuación, la posición de un humilde servidor.

Empezando por el argumento, The Legend of Zelda Skyward Sword tiene una ventaja añadida si tenemos en cuenta que Nintento publicó un mes después de la salida del juego un libro en conmemoración del 25 aniversario de la franquicia donde, entre otras cosas, se revelaba la ansiada línea temporal de la saga. Esta línea temporal sitúa a Skyward Sword en el principio, el origen de todo, y para los que hayan jugado los demás juegos y se hayan encontrado referencias y relaciones sentirán una gran expectación al encarar esta entrega. La historia comienza de forma pausada, en un lugar celestial llamado Celéstea que, según cuentan los mitos, fue elevado por la diosa y apartado de las tierras inferiores por un mar de nubes impenetrables para proteger a la gente de las fuerzas del mal que habitan allí. En Altárea, capital de Celéstea y la única ciudad/pueblo del juego, Link se prepara para convertirse en un caballero de los cielos junto a su pelícaro. Para ello deberá superar una competición de vuelo para ser premiado por Zelda, su gran amiga. Durante esta primera hora de juego, se hace especial hincapié en la relación de amistad/amor entre Link y Zelda. El motivo de esta introducción es sin duda que empaticemos con nuestro personaje, puesto que luego será el principal propósito del juego, cuando ella sea raptada por una misteriosa nube y sea llevada a las tierras inferiores.
La trama en un Zelda no suele ser de gran profundidad y complejidad, y en este caso no es una excepción. Aunque sí es verdad que hay momentos muy reveladores que explican elementos clásicos de la saga o de otras entregas.

Cada enemigo tendrá su propio patrón de ataque para eliminarlo
Al empezar a jugar a Skyward Sword, nos encontraremos un sistema de control totalmente novedoso. El uso obligatorio del Wii Motion Plus, permite una gran precisión a la hora de utilizar la espada, pudiendo realizar ocho movimientos diferentes según la dirección y la posición al mover el Wiimote. Esto hacía posible la aparición de enemigos que se cubren y contra los que debes esforzarte para poder dañarles. Es sin duda lo mejor del título y uno de los sistemas de control por movimiento mejor integrados que hayamos visto en un videojuego, aunque eso no quita que a veces no se corresponda el gesto con el movimiento realizado.

El inventario también se ha mejorado. Empezando por la inclusión de la alforja, donde podremos guardar hasta ocho objetos del tipo botellas, medallones (que aumentan la aparición de los corazones, insectos...), sacos suplementarios (para bombas, flechas y semillas) y el escudo (el cual tiene su propio indicador de resistencia y que deberemos reparar continuamente para tenerlo operativo). Dentro del apartado de utensilios, aparte de los típicos (tirachinas, bombas, flechas...) es destacable la aparición de un insecto volador que podemos controlar a distancia y transportar objetos como bombas o coger rupias, corazones.

Mapa de los cuatro lugares donde se desarrolla el 99% de Skyward Sword
Uno de los puntos mas débiles es, en mi opinión, el diseño de los mapas y templos. A lo largo del juego sólo visitaremos cuatro zonas distintas: Celéstea, donde solamente está Altárea y un par de islas con minijuegos, el bosque de Farone, que no es más que el típico bosque de la saga, el volcán de Eldin, una zona de fuego que no aporta nada nuevo, y la región de Lanayru, un desierto donde sí encontramos mecánicas y mazmorras muy interesantes y entretenidas. Una vez las hayamos visitado todas, volveremos a ellas accediendo a nuevos lugares que antes no podíamos gracias a nuevos objetos. En algunas ocasiones veremos que tenemos pasar hasta tres veces por la misma zona en distintas circunstancias. Los templos a su vez son en general cortos y sencillos, (a excepción de alguno como el barco en Lanayru) y en teoría esto se compensa porque las zonas entre templo son largas (donde prima más la exploración y la interacción con los elementos propios de esa zona). Éste es (con razón) uno de los puntos mas criticados del título, y es que se hace tedioso y aburrido el tener que pasar tres, cuatro o cinco veces por el mismo sitio en busca de un objeto perdido o un nuevo camino que se abre.
A nivel de misiones secundarias, el juego tampoco destaca mucho, y la mayoría se caracterizan por la búsqueda de objetos en las tierras inferiores.
También se suele destacar la dificultad del mismo, y calificarlo como uno de los Zelda modernos más difíciles. Nuevo error, puesto que no hay que confundir el hecho de que sea fácil morir con el de que el juego sea difícil. Me explico: sí es cierto que los enemigos te suelen quitar un corazón entero en lugar de medio o cuarto, pero eso da igual ya que al morir apareces en la última estatua de pelícaro donde guardaste. El problema es que en los templos, hay unas cuatro o cinco estatuas de media, con lo cual no importa si pierdes o no; aparecerás cerca.
En cuanto a la duración, en su momento se dijo que Skyward Sword podría llegar a durar unas 100 horas si se completaba al cien por cien. Acabarlo no te llevará mucho más allá de 30 horas, aunque hay que decir que al vencer al enemigo final se desbloquea un modo héroe que sería el equivalente a un modo infierno, donde se nos reduce nuestra cantidad de corazones a un máximo de seis.

Entrando en el apartado técnico hay que destacar el gran diseño artístico que tiene Skyward Sword. Es lógico que el trabajo de arte debe ocultar las carencias técnicas de Wii, pero aún así queda a la luz la enorme inferioridad de la consola. Texturas planas, bordes de sierra y caídas de framerate aparentemente inexplicables empañan un juego muy trabajado en este nivel. La banda sonora es otro punto ligeramente decepcionante. Se sabe que la implicación de Koji Kondo en la saga es cada vez menor, y eso se nota. Pocos temas sobresalen dentro de esta obra, a diferencia de los grandes hitos de la franquicia, donde encontrábamos una gran colección de canciones magistrales. En estos momentos, sólo se me ocurre el tema que suena cuando vas volando en pelícaro por los cielos de Celéstea.

Como conclusión puedo afirmar que The Legend of Zelda: Skyward Sword es un gran juego de Wii, quizá el mejor de la consola, lo que no es mucho decir; y dentro de la franquicia no supone un nuevo paso o avance como supuso en su día Ocarina of Time o Wind Waker. En su lugar, Skyward Sword, es más bien una recopilación y adaptación de los grandes juegos de la saga para todos los públicos, en ese intento de Nintendo de mezclar lo "casual" y lo "hardcore". No aporta nada a un jugador clásico de Zelda y con el paso del tiempo no será recordado como una obra maestra o el juego definitivo en la industria.

Mi nota:   81/100

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