Análisis Crysis

Lanzado en 2007, a estas alturas (en los últimos suspiros de 2012) Crysis sigue siendo (si The Witcher 2 me lo permite) el exponente gráfico en PC. Pero no te confundas por ello; Crysis es mucho más que una cara bonita.

CryEngine ha demostrado ser el mejor motor de la generación.

Juego concebido por Crytek en 2007 con la intención de establecer un nuevo referente gráfico (creando una franquicia) en base a la utilización de su nuevo motor gráfico, el CryEngine 2 (con la ventaja de ser uno de los primeros juegos en implementar DirectX 10). Una nueva versión del espectacular CryEngine, que se utilizó para desarrollar Far Cry (el primer título producido por la compañía). Crysis, un juego pensado en exclusiva para PC. Las expectativas puestas en él eran enormes, y no defraudó, no en balde es considerado por muchos como el mejor FPS de la actual generación. Recientemente y gracias al nuevo CryEngine 3 se ha podido hacer un port para las tiendas digitales de XBOX360 Y PS3. Ni que decir tiene que el juego  merece ser jugado en la plataforma para la que se ideó.

No sólo de coreanos se alimenta Nomad.

Los hechos que se narran en Crysis tienen lugar en nuestro planeta en el año 2020, en una isla exótica del mar de Filipinas. Nuestro protagonista, el teniente Nomad del equipo Raptor de las Fuerzas Especiales de los Estados Unidos, es enviado allí junto a otros soldados de élite con la misión de rescatar a unos arqueólogos y científicos americanos capturados por un grupo militar bajo las órdenes del gobierno de Corea del Norte. La causa de este suceso parece evidente, pues los investigadores acababan de informar sobre un yacimiento que cambiaría el curso de la humanidad. Y, efectivamente, así es. Nada más llegar a la isla descubriremos cosas fuera de lo común, propias de algo ajeno a nuestra raza, a nuestro planeta, a nuestra galaxia, a nuestra era. Un ente lejano que llevaba mucho tiempo escondido durmiendo en el interior de la montaña, esperando; y nosotros lo acabamos de despertar. Un argumento que nos pone en buena situación para pegar tiros, pero que no aporta mucho más fuera de los típicos momentos de acción y espectacularidad. Es una historia que tiene como principal virtud que da cabida a la continuación de la saga, pero que no incide en los personajes ni en el contexto en el que sucede. Simplemente está ahí porque tiene que estar. Cumple, y no se pide mucho más.

Gracias a la rueda del ratón podemos acceder
rápidamente a las habilidades del nanotraje.

La verdadera esencia del juego llega a la hora de jugar. Desde el primer momento nos hacemos con el control de Nomad, en una escena de caída libre en paracaídas muy espectacular, donde ya podemos vislumbrar la inmensidad y riqueza visual de la isla, repleta de vegetación de todo tipo. Tocamos suelo y ya podemos comprobar que nuestra principal arma es nuestro propio traje, o nanotraje más bien. Gracias a su tecnología podemos transformar a nuestro soldado en un súper hombre capaz de correr a gran velocidad (velocidad máxima), volverse casi invisible (camuflaje óptico), saltar grandes alturas y golpear con una fuerza sobrehumana (fuerza máxima) u obtener una protección adicional contra las balas (blindaje máximo). Cuando utilicemos una de estas habilidades, nuestra barra de energía (no confundir con la salud) disminuirá, hasta que dejemos de usarla, y comenzará a regenerarse por sí sola (lo mismo sucede con la vida). Esta novedad nos dará muchas posibilidades a la hora de enfrentar un combate, pudiendo optar por un acercamiento sigiloso, un ataque rápido, o un enfrentamiento frontal con la ventaja de nuestra defensa. Y todo esto es posible gracias en parte al entorno selvático, que podrá ser nuestro mejor aliado o el peor enemigo, dependiendo de si lo usamos nosotros o los coreanos. Además, hay que mencionar también el giro estratégico que le dan al juego sus físicas ultrarrealistas. Técnicamente resulta muy impactante ver como se mueven las hojas de los árboles, o como reacciona el agua cuando disparas hacia ella, pero tiene también una influencia trascendental en el tiroteo. Por ejemplo, a los enemigos no les servirá de nada cubrirse dentro de las pequeñas casetas de chapa que hay por toda la isla, siempre y cuando tengamos granadas o un lanzamisiles. ¿Que vemos que un enemigo se parapeta detrás de un árbol? Puedes solucionarlo yendo de cara a por él con el blindaje máximo, utilizar tu fuerza para derribarlo de un golpe o acercarte sin que te vea con el camuflaje. La otra opción es acabar con el problema destruyendo el árbol. Y si tenemos suerte, lo mismo eso es suficiente para dejarlo sin vida. Todo esto es muy interesante, pero no se nos puede olvidar nuestra herramienta principal, las armas. Un punto bastante equilibrado, porque la munición no llega a escasear, pero no es muy abundante (sólo se obtiene de las armas de los soldados abatidos y en ciertos puntos clave de la isla), lo que nos obligará en determinados momentos a medir muy bien nuestros recursos.

El control de vehículos es correcto, aunque a veces falla.

Además, la variedad no es muy grande: escopeta, fusil de precisión, subfusiles y fusiles de asalto, además de otras armas especiales que se obtienen al final. Entre todas ellas, sólo podremos llevar dos, además de la pistola y otras especiales como el lanzagranadas o explosivos, que vamos encontrando según avanzamos; no disponemos de todas desde el principio. Una vez en nuestro poder tendremos la capacidad de modificarlas a nuestro gusto, cambiando el tipo de mira, añadiendo puntero láser o linterna, o acoplando un silenciador. Así podremos tener armas hechas a nuestra medida para cada situación. Y esto va a ser muy importante, porque el desarrollo hace que nos enfrentemos a los oponentes en muy distintas situaciones: una base naval, pequeños islotes con puentes protegidos, desde lo alto de un acantilado… Y para hacerlo, además de nuestra destreza contamos con vehículos tales como tanques, lanchas armadas, convoyes, unidades antiaéreas… Al final, alcanzado un momento en la trama, todo cambiará, y tanto los enemigos como el entorno será completamente diferente, exigiendo al jugador una transformación radical en su forma de jugar. Como podéis leer, como FPS Crysis es uno de los juegos más completos, que ofrece un progreso donde eres tú quien elige cómo encarar el curso de las acciones con relativa libertad. Muchas horas de juego lo convierten en uno de los más largos en su género (en torno a las veinte horas), con una dificultad fácilmente ajustable entre cuatro niveles. El juego también posee un modo multijugador, pero a mí no me emociona el jugar con otros y por eso no lo he jugado mucho. Principalmente, tiene el típico modo por equipos, en el que pueden entrar hasta 32 jugadores en una partida.

Crysis nos permite hacer cosas como estas.

Entrando en lo técnico, creo que ya no queda casi nada por decir. Las imágenes hablan por sí solas. Crysis es un juego que te impresiona desde el primer momento por el juego de luces, el verdor de su selva, las hojas de sus árboles ondeando en el viento... Puedes perderte libremente por esos bellos parajes, nadar, volar, navegar. El trabajo está en cada detalle. Las físicas son una demostración más de la importancia que tiene el entorno en el juego. Poder derribar árboles o casas, y ver como caen al suelo o explotan en pedazos es una delicia. La inteligencia artificial de los enemigos es bastante buena; a veces te tienden emboscadas, y muchas veces morirás sin saber la razón, seguramente por culpa de un rifle que te apuntaba desde lo alto de una atalaya que tú ni siquiera habías visto. El apartado sonoro es otro punto a favor. El sonido de las armas es exquisito, cada una tiene su ruido correspondiente muy bien logrado. La música es buena, sin más. En los momentos de adrenalina acompaña bien pero, al menos a mi, no se me viene ningún tema especialmente conmovedor a la cabeza. El doblaje al español también es correcto; no hay muchos diálogos ni personajes que hablen, lo que lo convierte en un trabajo asequible. Apartado sobresaliente, marca de la casa de la franquicia y de Crytek.


En resumen, Crysis es un genial FPS. Y eso es un mérito añadido viniendo de mí, que nunca me ha gustado este género. Ha tenido que llegar Crytek para hacerme ver lo mucho que puede divertir un juego que consiste únicamente en disparar. Yo lo recomiendo muchísimo, especialmente si tienes un PC competente para poder mover el juego en sus configuraciones más altas. Aún así, si tú sí eres fan de este tipo de juegos, deberías comprarlo aunque sea para consolas, porque como ya he dicho antes, Crysis no sólo brilla por sus gráficos; ya es bueno por sí solo. Por todo esto y muchas otras cosas de las que me olvido, he de decir que Crysis, en conjunto, es un auténtico juegazo, y por eso se merece una notaza.


Mi nota: 93/100