lunes, 30 de julio de 2012

Xenoblade: ¿el camino a seguir?

Quiero comenzar esta página rescatando un artículo que escribí a finales de 2011 sobre uno de los juegos más gratamente sorprendentes del pasado año, Xenoblade Chronicles, para Wii.


Ha pasado relativamente mucho tiempo (hablando en el ámbito de los videojuegos) de la época de Súper Nintendo. Unos tiempos en los que el mundo de las consolas, mucho menos avanzadas tecnológicamente, tendía a un género, a un estilo, como ocurre hoy día. El JRPG (juegos de rol japoneses) es a esa época, lo que a esta generación son los Shooter en primera persona (FPS). Abundaban este tipo de juegos, y los mejores ejemplos son grandes sagas que aún perviven: Final Fantasy, Tales Of, Dragon Quest...
Sin embargo, actualmente (por desgracia) nadie espera nada de ellos. Y razones hay más que suficientes, debido al progresivo declive que sufren desde que alcanzaran su cúspide con Final Fantasy VII, VIII y IX en la PSX. Los juegos de rol siguen teniendo importancia, pero la mayoría son en forma de shooters donde prima la habilidad más que otros aspectos, o juegos que tienden más a la acción trepidante que a la estrategia. Los desarrolladores no han sabido reinventarse y no se han adaptado bien a las nuevas generaciones, creando productos inconsistentes, vacíos que dejan descontentos a todos, especialmente a los jugadores que en su día vivieron la época dorada. Juegos sin sustancia, reiterativos, intrascendentes, aburridos, poco adictivos poblan el denostado mercado actual del JRPG. En los videojuegos, como en todo lo que sea arte, la evolución y transformación a los nuevos tiempos es clave.
Pero entre toda esta oscuridad parece haber un rayo de esperanza: Xenoblade Chronicles. Por desgracia, debido a ser de Wii y al estar desarrollado por una empresa poco conocida y a que en un principio no fuera a salir de Japón, no goza de la trascendencia mediática de los grandes juegos. Pero no por ello debemos dejar de tener en cuenta a Xenoblade como el posible camino hacia el JRPG moderno.
Un JRPG marcado por la inevitable influencia de un fenómeno videojugabilístico masivo, importantísimo a nivel mundial; los MMO. Si has jugado alguna vez uno de estos servidores on-line, y has probado juegos como Monster Hunter Tri o Xenoblade, verás que muchas cosas te resultarán familiares:

1. Un amplio inventario, con múltiples tipos de equipo (arma, armadura, casco, botas...) a los cuales se les puede incrustar otros ítems como piedras, gemas... que producen mejoras en ellos.
2. Mucha importancia a las relaciones sociales. En un juego on-line podrás hablar, luchar o intercambiar productos con otra gente que esté conectada. Si es off-line, las charlas con NPCs o entre tus propios personajes tienen gran importancia en el desarrollo del juego.
3. Un vasto mundo, con gran diversidad de paisajes para explorar libremente, donde el único impedimiento sea el nivel de los enemigos que los ocupan. La ausencia de esta sensación de libertad es una de las lacras de los JRPG actuales.
4. Facilidad de movimiento. En un mundo amplio, es importante ir rápidamente de un lugar a otro para evitar que el factor de la libertad sea demasiado pesado por culpa del tiempo que se tarda en trasladarse. El método más utilizado es el del transporte instantáneo a un lugar clave que hayas visitado con anterioridad.
5. Abundancia de misiones secundarias. Hay un gran cantidad de misiones que son intrascendentes en el juego pero que ayudan enormemente a conseguir experiencia, dinero, ítems...
6. Un modo de combate activo y dinámico, donde la estrategia y la habilidad tienen gran importancia. La lucha se basa en la utilización y combinación de artes personales propias de cada personaje, que se podrán ir mejorando conforme avanzamos en el juego.
7. Larga duración. Si bien un MMO no tiene principio ni fin propiamente dicho (por mucho que juguemos, siempre habrá algo más que hacer); un juego como Xenoblade, además de una historia extensa (más de 50 horas) se puede alargar con las distintas side-quests hasta una extensión ampliamente superior a las 100 horas de juego.
8. Otros detalles: aparición de ciertos jefes especiales en cada zona, diversidad de enemigos según el lugar, minijuegos para crear armas, gemas, obtener dinero...

Lo que diferencia a un MMO de Xenoblade principalmente es la ausencia de historia o argumento y de personajes con personalidad propia. En Xenoblade estos aspectos tan importantes (considerados fundamentales en un JRPG clásico) aparecen, aunque quizás no con la fuerza necesaria con la que debe hacerlo en un juego de este género. Lo que te animará a seguir no siempre será la trama, sino la adictiva jugabilidad y las ansias de seguir explorando ese mundo maravilloso.
Quién sabe si en un futuro habrá grandes JRPG como fueron y son Final Fantasy VI, Chrono Trigger, Xenogears... Lo que sí parece claro es que deben cambiar si quieren llegar a obtener el éxito que una vez tuvieron. Si Xenoblade y los MMO son o no el camino no lo sabemos, habrá que esperar varios años para saber si el fenómeno Xenoblade ha calado en el mundillo.

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